<% @LANGUAGE="PerlScript" %> <% my $dirbase = $Server->MapPath('/.'); my $dirdata = $dirbase . '\..\data'; push (@INC,"$dirdata"); require 'log.pl'; %> INTERRAIL 1997

INTERRAIL 1997

Todo comenzó tras ser convencido por un amigo, el era reincidente en esto así que me dejé llevar al huerto sin ofrecer demasiada oposición, y de repente me vi con una mochila llena de cosas inservibles para la vida cotidiana pero de gran utilidad cuando uno ha de pasar algunos días fuera de su casa. Cuando esto sucedio uno era todavia un baby, y ya ha llovido desde entonces así que los vagos recuerdos de ese viaje serán reproducidos de la manera mas fiel posible, pero teniendo en cuenta que el tiempo lo cura todo, pueden pasar muchos detalles por alto.

La aventura comenzaba tras una semana nefasta, "semana posterior a la de San Mateo" una de esas semanas catalogadas como la "semana grande" y sobre todo para algunos que hacemos doblete como los dos componentes de esta aventura. Así que con la satisfaccion que da el saber que uno ha cumplido con su obligación se toma una semana sabática o algo más, y se dispone a tomar unas cervezas "siempre rubias" en la Oktoberfest de Munich, pero como siempre sucede en estos casos para cuando uno se dispone a hacer la reserva en uno de esos viajes organizados, para cuando uno va otros ya han vuelto, y en definitiva el viaje completo, así que hubo que hacer un cambio de planes sobre la marcha, ya no era cuestion de deshacer la maleta. Mi compañero de viaje que es un hombre de recursos, tuvo la brillante idea de hacer el interrail y de paso aprovechar para tomar unas rubias cuando pasasemos por alli. Asi que ya estaba decidido y asi fue.

En el viaje todo organizado como le gusta a "otro amigo", todos los albergues de la juventud, los trenes y las ciudades nos esperaban, pero como el viaje era nuestro, nosotros y solo nosotros decidiamos nuestro rumbo, destino, fecha de vuelta y demas familia. Asi que para empezar viajecito a nuestra ciudad de adopcion "Miranda de Ebro" a altas horas de la madrugada para coger el que tendria el honor de ser el primer tren. Alli tuvo lugar la toma de contacto con el sitio en el que mas tiempo pasariamos en la proxima semana, los amplios, confortables, y acogedores vagones de tren. Desde alli hasta la frontera, todo sin problemas, viaje rapido y sin pensar mucho. Una vez en la frontera, habia que pensar a donde ir, porque europa es muy grande, una semana muy poco tiempo y los trenes muy lentos, asi que no era cuestion de perder el tiempo en los andenes decidiendose entre el rosa o el azul.

La decision se tomo por unanimidad, 2 votos contra 0 votos, esta es una de las ventajas que tiene el numero 2, o unanimidad o empate y vuelta a empezar hasta que salga unanimidad. Definitivamente el primer punto de destino en la tierra gala no iba a ser otro que la Tolosa francesa o "Toulousse" para los mas puestos, tras varias horas de viaje aparecimos alli. Lo primero que tuvimos que hacer fue una fotocopia de mi carnet para mandarla a casa para que no hubiese problemas con mi matricula de la universidad, y la hicimos en la misma estacion en una de esas fotocopiadoras con agujeros para las monedas, esto al final traeria cola, ahora parece una anecdota intrascendente pero estuvo cerca de generar problemas de estado. Una vez alli salida de la estacion con los ojos como platos, absorbiendo cultura francesa por todos los poros y con una sensacion de felicidad inmensa, (que solo se percibe cuando uno se siente libre) esto se convertiria en una rutina en la llegada a todos los puntos de destino asi evitaremos repeticiones que no harían otra cosa que quitarle "fluidez" al relato. Paseito con la mochila a cuestas y sintiendose extranjero, que a pesar que uno conocia Francia no es lo mismo la a que la b ni la b que la c. Recorrido turistico por el casco antiguo de la ciudad, eso si, sin paradas tecnicas, todo seguido como el paso doble, porque en 3 o 4 horas teniamos que coger el siguiente tren, asi que estaba todo controlado.

 

Despues de caminar sin rumbo por la ciudad y sin conocer a nadie tocaba volver a la estacion, nos esperaba el segundo punto de destino, y este no era otro que "Carcassone", algo mas pequeño que "Toulousse" pero infinitamente mas atrayente, esta vez el viaje en tren era un puro tramite y ademas vino bien para descansar los hombros, despues de cosas asi uno entiende mas que nunca a los caracoles, y no estamos hablando ni de cuernos ni de babas ni de arrastrarse. Tras llegar a Carcassone otra vez lo mismo que antes, paseito por el pueblo si me permiten llamarlo asi y tras muchas vueltas sin encontrar la ciudad medieval aparecio a la altura de nuestros ojos alguna de las murallas que la sitiaban. Por fin despues de pasar todo el dia caminando y en tren veiamos algo que superaba claramente la media de lo que habiamos podido ver caminando por los cascos urbanos de las dos ciudades.

El dia terminaba y la noche comenzaba y ahi seguiamos, rodeados por la muralla que no nos dejaba ver mas allá, pero eso era suficiente para nosotros, nos sentiamos bien, libres, a gusto y sin mas preocupacion que la de coger otro tren esa misma noche, no habiamos quedado con nadie al dia siguiente asi que sin prisa y por la sombra, el tiempo pasaba despacio y ademas esta vez estaba de nuestro lado. Cuando nos cansamos de ver aquello que merecio la pena pusimos otra vez rumbo a la estación, alli nos esperaba el tren que nos llevaria a Ginebra.

Una vez en la estación y tras haber cenado en un Mcdonald´s por aquello de ser un poquito mas internacionales, lo de siempre, el tren con mucho retraso, asi que tocaba esperar en la estacion que es bastante cutre, pero pasamos las horas como pudimos intentando entender la cultura magrebi pero sin exito.

La primera noche la pasamos en el tren, y al bajarse del tren uno añora muchas cosas, pero una a gran distancia de las demas, pero al descubrir que uno estaba en otro pais casi por arte de magia se olvida de la mala noche que haya podido pasar y se dispone a resetear todo lo acumulado de su paso por Francia y a empaparse de la cultura Suiza con su Heidi, su abuelito y sus montañas verdes y nevadas. Pero pronto uno se despierta ante una cola inmensa de gente en la salida de la estacion, y aquello no era un salida normal, aquello tenia toda la pinta de ser una aduana, asi que tocaba esperar pero con la tranquilidad que te da el saber que a los hombres de buena fe nunca les pasa nada malo. Al acercarnos al paso de la aduana uno se da cuenta de que su carnet de identidad ha desaparecido y enseguida se le viene a la cabeza un flash y se acuerda de donde esta su carnet, en la cartera todos los papeles, el carnet de conducir, las tarjetas de credito, los billetes y la fotocopia del carnet, pero faltaba el unico que hacia falta y no podia estar en otro lado que en la fotocopiadora de la estacion de trenes de "Toulousse". El tio de la aduana, tras ver que se le preparaba alli una fila del copon y tendria que dejar aquello ventilado antes de poder irse a almorzar, pues me dejo pasar a pesar de ver que no tenia DNI ni pasaporte, asi que ya estabamos en Suiza y con todo el dia por delante y sin papeles, Europa te veo y no te reconozco.

Cuando te sucede algo asi se te queda cara de tonto, pero total solo era un DNI, y como todos somos europeos pues uno sigue viviendo tan tranquilo sus dias de vacaciones, sin saber lo que se le avecinaba. El dia transcurre paseo va y paseo viene por Ginebra y cuando uno se cansa de ver Ginebra y el lago del chorro que tantas veces hemos visto en el acontecimineto del verano (Tour de Francia) se coge otro tren y se va para Berna a ver los osos.

Por lo menos en Suiza las distancias son pequeñas y las emociones muchas, asi que lo de los trenes es casi como coger el metro, por lo menos eso es lo que parece en los mapas, pero luego la realidad es bien distinta, las distancias siguen siendo cortas pero la accidentada orografia con la que los suizos fueron recompensados limita mucho a la hora de hacer un paseo por Suiza en dos dias. Y para dar fe de ello esta es una de las cosas que uno hace cuando se aburre mucho en un viaje y tiene una camara de fotos encima, y que no es otra cosa que fotografiar todo lo que se menea.

Creo que recordar que este viaje lo hicimos casi solos en el vagon del tren, con el consiguiente perjuicio para los pocos afortunados que pudieron compartir este trayecto con nosotros, uno se pasea, se tumba se vuelve a tumbar pero no hay manera de coger la posturita y uno ya empieza a necesitar dormir algo, se pone la radio pero no entiende nada asi que a ahorrar pilas y a seguir contando curvas a la izquierda, curvas a la derecha y tuneles, que esto está plagado de accidentes orograficos.

Una vez en Berna y con el chacacha del tren todavia retumbando en nuestro interior nos damos un pequeño paseito por la ciudad, visitamos los osos tipicos de la ciudad, y enseguida otra vez a la estación para coger el siguiente tren. Ahora teniamos dudas de cual coger, teniamos dos opciones la "a" Interlaken y la "b" Friburgo y por suerte no nos vino la "c", pero como tampoco es cuestion de dudar demasiado enseguida nos decantamos por la "b" siempre suena mejor Friburgo que Interlaken asi que la elección no resultó demasiado complicada. Luego uno ha tenido que oir infinidad de veces que Interlaken es uno de esos sitios inolvidables de Suiza, pero no se puede acertar siempre, asi que se asume el error y se intentara corregir para proximas visitas.

En Friburgo bien, llegamos cuando empezaba a anochecer, y tal vez por eso lo unico que hicimos fue buscar el albergue, pillar la cama y aplastarla, dos dias enteros sin tumbarse en una cama y con la mochila "jodiendote" se dejan notar en la cara de cualquiera. A la mañana siguiente paseito por Friburgo con la cara lavada, no como el dia anterior, y todo se ve mucho mejor. Es curioso lo bien que sienta dormir en una cama y lo mal que sienta no dormir en una cama, y como muestra un boton, aqui se me puede ver con un aspecto "muy mejorado".

El casco urbano de Friburgo resulta acogedor, todo en estilo antiguo pero con los detalles muy bien cuidados, tampoco vamos a exagerar diciendo que uno se siente como en casa, pero la verdad es que a uno le resulta familiar, aunque quizas solo sea por el tic-tac que marca las horas y por las calles peatonales a las que tan acostumbrados estamos por estos lares. Despues del paseo que se nos quedo pendiente la noche anterior por imposibilidad fisica, nos tomamos un descanso en nuestras obligaciones y nos vamos a coger otro tren y a descansar un poquito en esos vagones en los cuales uno ya se siente parte de ellos, al final uno ya tiene la sensacion de estar integrado en el paisaje.
Y al rato aparecemos en Zurich, capital económica del pais o por lo menos esa impresion se lleva uno cuando llega, siempre rodeado de Bancos con nombres rarisimos, cajeros automaticos (casi tantos como bares en la c/ laurel y c/ mayor), edificios altos, con amplios ventanales desde donde se dirige el pulso economico del pais con mayores posibles de Europa, y multitud de ejecutivos comiendo por las calles, esto choca bastante a los españolitos de a pie, "que leches hace toda esa gente comiendo mariconadas por la calle con esos trajes y esas corbatas" vale que lo hagamos los que no tenemos otro remedio, pero que lo hagan estos currantes de alto standing sorprende bastante. Esta es una de las diferencias mas claras entre los españoles y los europeos.

Despues de comer en medio de una plaza muy transitada, seguimos viendo un poquito la ciudad y enseguida otro paseito hasta la estación, de alli salimos hacia Luzerna.

Llegamos a media tarde, asi que enseguida a buscar el albergue, pero no hubo forma de encontrarlo, asi que al final tuvimos que dormir en una especie de hotel con habitaciones cachondas de unas 8 o 10 personas, la cosa salia por un precio normalillo asi que sin dudarlo dos veces, ademas para dormir tampoco hace falta mas que una cama, asi que era mas que suficiente. Una vez instalados en la habitacion multiple y sin entender ni papa en aquella torre de babel, nos fuimos a buscar la cena, y vaya si la encontramos, buscamos algo internacional para sentirnos como en casa y encontramos la pizzeria del "Tio Sam", un sitio en el que pasamos un par de horas mas o menos porque la ocasión lo requería, llegue a pensar que nunca saldriamos de allí. La culpa de todo la tuvo una confusión de las que suelen ocurrir muy a menudo en locales de este estilo, pero claro con esos uniforme tan cachondos quien va a prestar atencion a lo que diga la chiquilla y si encima habla tan raro pues para que quieres mas, asi que despues de un rato esperando placidamente sentados el uno frente al otro vimos aparecer lo que estabamos esperando. Despues de ver aquello uno se siente sentenciado a muerte, señores aquello no era un pizza, aquello era una mesa camilla con ingredientes, y para no ser menos la bebida en consonancia a la comida, una jarra de un par de litros para nosotros.

Al principio uno no puede parar de reirse, y no deja de mirar a todos los lados tomandose su tiempo y respirando profundamente antes de atacarle por algun lado, era bestial pero nos creiamos capaces de acabar con ella, aunque poco a poco uno se empieza a dar cuenta de que era una ardua tarea. Tras muchas pausas, muchas risas y muchas miradas de la gente, la matamos y aun estuvimos a punto de pedir otra y llevarnosla rodando, pero la escasez de francos suizos nos hizo dejarlo para mejor ocasion. De aqui a la cama, sin saludar a los multiples compañeros de habitación, y con la satisfaccion que proporciona haber cumplido con la obligacion, "te comeras todo lo que te pongan" y eso es lo que hicimos.

La mañana siguiente uno se encuentra mucho mejor, y desayuna por cumplir con el tramite, paseito por la ciudad que por cierto estaba muy concurrida, era dia de mercadillo, y este se extendia siguiendo el curso del rio, asi que el paseo se hizo a ritmo de compras pero sin comprar nada, la verdad es que la ciudad merecia la pena, los puentes que cruzaban el rio completamente de madera, y cuyo reflejo le daba un color rojizo al agua eran algo digno de observar y retratar. Ademas la ciudad estaba rodeada por una muralla con una docena de torres, no llegamos a conocer la historia de tanta historia, pero la ciudad tenia su aquel.

De aquí y una vez visto lo que teniamos que ver, nos decidimos a abandonar Suiza, el plan era claro seguiriamos la ruta por Austria, asi que cogimos el primer tren que se dirigia a Insbruck, el trayecto no era demasiado largo pero nos serviria para descansar un poco. Uno a estas alturas de viaje ya va acumulando cierto desgaste pero la ilusion todavia lo mantiene con iniciativa a la hora de elegir los proximos destinos. Todo iba segun lo previsto hasta que se lio, y todo se lio cuando llego el revisor, y es que esta gente como no tiene otra cosa que hacer pues le da por tomarla con unos pobres turistas indefensos. El tio queria el DNI, joder y yo tambien lo queria, pero no lo tenia, y lo que no puede ser no puede ser y ademas es imposible, asi que se puso pesadito el tio, en un ingles no demasiado fluido por lo menos a mi no me lo parecia me dijo que en la proxima estacion teniamos que bajarnos, y para asegurarse de eso se quedo con el resto de mis papeles aunque tampoco creo que le hubieran servido de mucho.

Por fin y despues de un trayecto corto lejos de mis queridos papeles llegamos a la proxima estacion, y se podria decir que es en la que mas rato pasamos y la que mejor llegamos a conocer, sobre todo uno de los bancos que alli habia. Nada mas bajar del tren nos encaminamos hacia la oficina donde nos esperaba nuestro amigo con mis papeles y mi cartera de cuero del bueno, alli es donde mi amigo y compañero de viaje tuvo que fajarse con aquellos dos tipos, yo bastante tenia ya con lo mio. Pero tras una larga conversacion, llegamos a la conclusion de que la cosa estaba jodida, segun el tio en Austria no podiamos entrar sin DNI, pero lo mejor era la solucion que nos daba, segun el tio no teniamos ninguna opcion, no podiamos entrar ni en Austria ni en Alemania y lo que es peor, ni tan siquiera podiamos salir de Suiza, menudo castigo mas duro teniendo en cuenta como estaban las suizas, lo que pasa es que a uno le tira mucho su tierra y tiene ciertas obligaciones que cumplir.

Lo primero que hace uno en estas situaciones es dar fe de ello y para que ustedes entiendan lo que se siente en una ocasión como esta ahi va el material gráfico. La foto a pesar de que falten las del perfil izquierdo y derecho con las rayas del 190, 185, 180 y las que siguen queda claro que el fotografo era oficial y nos hizo la foto gratis. Bueno decir que el pueblo o ciudad en cuestion no era otro que Sant Gallen, era la ultima parada en Suiza antes de pasar a Austria, si en Suiza se echasen la siesta los revisores como en nuestro querido pais nada de esto hubiera ocurrido, pero eso tambien nos diferencia de Europa muy a su pesar. Ahora la pelota estaba en nuestro tejado, y teniamos casi toda la tarde para pensar una solucion rapida y sin violencia. Como no habia prisa por tomar una decision lo primero que hicimos fue irnos de compras, algo rapidito una postal un sello y a escribir la cronica para que nuestros amigos supiesen donde estabamos, y mientras a oxigenar la mente para intentar encontrar una solucion a nuestro problema con los papeles. La tarde iba cayendo lentamente, pero jode bastante perder una tarde sentado en un banco azul de una estacion de un recondito pueblo de la frontera entre Suiza y Austria sin tener nada que hacer. Asi que al final tomamos la decision de intentar entrar en Alemania por las buenas o por las mas buenas, era la unica opcion viable.

Una vez en el tren solo quedaba esperar y rezar todo lo que uno se sabia por aquellas fechas, hoy probablemente hubiera acabado antes. El tren casualmente nos dirigia hacia nuestro punto de destino inicial del viaje, la Oktoberfest de Munich, y por estos pequeños problemas ibamos a llegar antes de lo previsto a Munich, pero como el orden de los factores no altera el producto, (se entiende que el producto es la cerveza), pues para alli nos encaminamos, aunque antes tendriamo que pasar la frontera o acaso no habria policia en el tren. En poco rato se lio otra vez el numerito, el viaje bien, sin hablar mucho para no dar pistas de que eramos "destrangis in the rail", como si las mochilas no denotasen que estabamos alli de paso. En un momento de descanso vimos que se abrian las puertas del vagon y por alli aparecieron los de los papeles, no recuero si primero hicieron su aparicion los alemanes o lo suizos, supongo que lo suizos pero uno no estaba en aquel momento para andar preguntando por la familia a nadie. Bueno el caso es que los primeros pasaron de largo y sin dar guerra, y ya pensabamos que estabamos salvados cuando se volvio a abrir la puerta del vagon, uno no ganaba para sustos y se veia durmiendo en alguna estacion . Estos todavia nos acojonaron un poquito mas, menos mal que la tomaron con otro, un italiano que estaba casi enfrente de nosotros, lo mas curioso es que hasta a los abueletes entre los que ibamos camuflados que eran nativos de alli les pedian los papeles y de nosotros huian sin saludar, hay que joderse como respetan a Jose Mari y los suyos por alli. Bueno el caso es que al italiano le hicieron incluso un registro los de rizos y nosotros alli enfrente sin decir nada, para no hacer saltar la liebre.

Despues de los momentos de tension y ya en terreno germano empezaba la fiesta, ahora Alemania era nuestra y podriamos movernos a nuestro ritmo sin tener que dar explicaciones a nadie, asi que ya estabamos camino de Munich, la fiesta de la cerveza nos esperaba y para alli ibamos. Despues de poder estirar las piernas en el tren, respirar profundamente varias veces y tras deshacernos el nudo de la garganta todo era de color de rosa. En poco rato llegamos a Munich, pero con la tonteria ya eran las 12:00 de la noche, asi que poco se podia ver por alli. Cenamos algo en la estacion donde pudimos ver la fauna alemana, gente talludita arrastrandose por el suelo, otros transportando barriles de cerveza en sus mochilas, como dicen por aqui un poquito de todo. Para proteger nuestra imagen labrada durante años omitire los detalles de nuestra noche en Munchën.

A la mañana siguiente aparecimos como por arte de magia en Bonn, y es que Alemania no es tan grande como parece en los mapas, la verdad es que llegamos justo cuando empezaban a poner las calles, asi que habia dos opciones a) forzar un portal y dormir un ratito mas hasta que apareciese el sol y la querida opcion b) ganarle tiempo al reloj y empezar a caminar cuanto antes para terminar tambien lo antes posible, nos decantamos por la b ya que no conseguimos forzar ningun portal. Asi que a pasear mientras el diluvio, la niebla y todo caia sobre nuestras cabezas, es otra forma de ver las ciudades, nadie te molesta, no hay trafico, no hay atascos en las aceras, nadie te mira por ir con una mochila y las zapatillas colgando por fuera. Tras un largo paseo que duro varias horas llegamos al sitio mas retratado de Bonn, la verdad es que hay que reconocer que lo encontramos tras preguntar varias veces y sin demasiado exito por el "river rhin", pero merecio la pena, y conseguimos una instantanea que adorna nuestros salones.

  Tras el recorrido por Bonn que duró más de lo previsto había que ir a otro sitio, asi que ahora las dudas si que nos asaltaban y eran de todos los colores, pero nos decantamos por un albergue cercano en un pueblito de las afueras, algo tranquilo para resarcirnos de nuestra noche loca de la Oktoberfest que recordaremos siempre, asi que nos encaminamos hacia la estación donde nos esperaba ese tren que nos llebaria a Celle, seguro que nadie ha oido hablar antes de Celle, pero para nosotros ese albergue y ese pueblo siempre sera el paraiso que andabamos buscando. Tras llegar a la estacion nos esperaba todavia el paseito hasta el albergue, pero esta vez era muy pronto asi que no habia ninguna prisa, teniamos toda la tarde noche por delante para encontrarlo, y merecio la pena. El albergue parecia diseñado expresamente para nosotros, y creo recordad que por el módico precio de 19 marcos o algo asi, con cena y desayuno incluido, y eso que no estamos hablando de una cena y un desayuno normal, aunque que ya habiamo hecho el rodaje en Luzerna y aquello se quedo en un aperitivo, la habitación insuperable 8 camas para elegir, y manda cojones que tuvimos que sacar las monedas para echar un cara o cruz rápido porque a los dos nos gustó la misma.

Tras el reposo de los guerreros y la verdad es que ya tocaba, venia el desayuno asi que a tomarselo con calma, aunque sin demasiada calma porque a primera hora debiamos estar en la estacion para salir con destino a Hamburgo