La película de Caroline Link nos cuenta como
se las tienen que apañar una familia judía que huyó de
Alemania en pleno apogeo del nazismo, yendo a parar a Kenia en África.
El marido una vez consigue un empleo al cargo de una granja, logra que su mujer
e hija vayan a vivir con él. Él es abogado y la vida les sonríe
en Alemania hasta que su vida corre peligro ante el ascenso de Hitler y su política
antisemita encaminada a borrar del mapa a todos los judíos que pueda.
El cambio es duro para la mujer que se ve obligada a dejar una vida cómoda
no exenta de lujos por otra de subsistencia, en una casa en la que no sobra
de nada, donde la comida escasea, donde el blanco es la novedad y el trato humano
es nulo. Solo son ellos tres en varios kilómetros a la redonda, Owuor
el cocinero negro que siente una devoción recíproca por la niña
y un amigo del marido, alemán como ellos. La niña se integrará
perfectamente en el ambiente, aplicándose en los estudios y disfrutando
de la compañía de los niños de su edad. La madre lo pasa
peor y al no expresar sus sentimientos el hermetismo de la pareja hace que esta
tome rumbo a la deriva.
Cuenta con una fotografía preciosista obra de Gernot Roll, y unas interpretaciones
acertadas tanto de Juliane Köhler (Jettel Redlich), Merab Ninidze (Walter
Redlich) Karoline Eckertz (Regina). Una historia poco trillada que nos permite
disfrutar del cine alemán que a duras penas llega a las pantallas de
cine Españolas sino es con algún Oscar o premio importante bajo
el brazo. En esta ocasión obtuvo el Oscar a la mejor película
de habla no inglesa en el 2003, basada en la novela autobiográfica de
Stefanie Zweig.
ir a critica de peliculas