UN HÉROE A RAYAS (RACING STRIPES)
  DIRECTOR: Frederick Du Chau GUIÓN: Dave Scmidt
 
INTÉRPRETES:
Bruce Greenwood, Hayden Panettiere, M. Emmett Walsh
DOBLAJE: Gomaespuma (la moscas Buzz y Scuzz que en castellano son Cuesco y Flato) y en el original Dustin Hoffman, Whoopi Goldberg, Mandy Moore
 
GÉNERO:
Comedia infantil y granjera
USA 2005

PUNTUACIÓN: puntuacion puntuacion no puntuacion no puntuacion no puntuacion
 

En este tipo de producciones manda el marketing y la publicidad, que es lo necesario para atraer a la gente a los cines o videoclubs. En eso los americanos siempre han estado en la cresta de la ola. Se les da de maravilla eso de vender cualquier producto alabando parte de sus cualidades y mostrando siempre alguna en concreto que atraiga a un tipo de persona y le haga crecer en su interior la fiebre del consumismo hasta hacerse imprescindible seguir su mandato: cómpralo, cómelo, vete a verla, díselo a tus amigos…

Últimamente aquí en España vamos aprendiendo algunas de esas técnicas y con esta peli se ha seguido una muy en boga que por allí llevan algo más de tiempo explotando : los doblajes de personajes animados por parte de famosos.

Sí, el gran atractivo en la publicidad de Un Héroe a Rayas eran los personajes de dos moscas cojoneras dobladas por el dúo Gomaespuma. Pues bien, como diría otro famoso personaje animado: “Esto es todo amigos”.

Es lo único destacable y realmente son muy divertidas, pero no hay más. Vale que a los niños les puede quedar la moraleja de que la amistad es muy importante, el afán de superación te permite poder con todo, que los buenos siempre ganan y los malos, malos son y todo eso tan bonito e ideal, pero contar ese tipo de cosas usando una cebra que no sabe que lo es y que quiere convertirse en caballo de carreras porque es lo que tiene todos los días delante de su hocico es pasarse. Al menos no te dicen que está inspirado en un hecho real, como ocurre otras veces, aunque la historia del viejo entrenador de campeones que confía en quien nadie lo hace y convierte a su pupilo de nuevo en un triunfador está más que visto.

A pesar de todo ese pretendido fondo, la historia no tiene la dosis de sutileza requerida para paladares finos ni la sencillez que hace falta para llegar a los dulces corazones infantiles, que no verán más que una historia graciosa en la que los animales de la granja hablan y hacen monerías. Vamos, es que si lo piensas bien tampoco hay mucho más.

Hala, te lo comes sin pelar.


J.F.K.


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