Piedras

Si en el año 2004 fue La vida que te espera, la película encargada de representar a España en el Festival de Berlín, en el año 2002 se trató de Piedras, dirigida por Ramón Salazar y con un estelar plantel de actrices tales como Ángela Molina, Vicky Peña, Antonia San Juan, Lola Dueñas, y otras menos conocidas como Mónica Cervera. La película hace un cruce de historias de mujeres de diferente condición. Vemos a una dependiente con afición a las drogas abandonada por su maromo italiano ( Leotti que ya se paseo por Juana la loca), a una taxista excéntrica y viuda con dos hijos a su cargo, la dueña de un burdel que vive con su hija retrasada enamorada esta de su cuidador, la mujer de un hombre adinerado y cleptómana abandonada por un monitor brasileño, entre otras. Todas las situaciones huelga decir que están llevadas al límite abrazadas al tópico.
Pero la película no va de desengaños, ni tampoco es una película de mujeres por más que en el cartel promocional de la película aparezcan cinco mujeres. Es un bodrio que apenas emociona, y que peca de banal, sumiendo en el aburrimiento al espectador. La presentación de unas mujeres con unos roles tan definidos dan poco margen para su desarrollo y vida propia, y la escenas que se suceden no casan, generando una tónica de monotonía. Hacer pasar a los hombres por los malos de la película no deja en mejor lugar a las mujeres, todas ellas alteradas o atacadas de los nervios. Unas mujeres de corte almodovariano pero sin chispa. Lo más fácil en estos casos es caer en la chabacanería y crutez, si el director no atesora la magia que imprime Pedro a sus películas, y es lo que ha ocurrido en este caso. Ramón Salazar desaprovecha a todas las actrices, a excepción de Mónica Cervera e inicia su andadura como director con una película técnicamente impecable en cuanto a fotografía y música, pero sin la esencia de una película que consiste en conmover al espectador.

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