OLVÍDATE DE MÍ (ETERNAL SUNSHINE OF THE SPOTLESS MIND)
  DIRECTOR: Michael Gondry GUIÓN: Charlie Kaufman
 
INTÉRPRETES:
Jim Carrey (Joel Barish) Kate Winslet (Clementine Kruczynski), Gerry Robert Byrne (Maquinista), Elijah Wood (Patrick), Thomas Jay Ryan (Frank), Mark Ruffalo (Stan), Kirsten Dunst (Mary), Tom Wilkinson (Dr. Howard Mierzwiak), Jane Adams (Carrie), David Cross (Rob)
 
GÉNERO:
Drama ¿cómico?
USA 2004

PUNTUACIÓN: puntuacion puntuacionpuntuacion puntuacion no puntuacion
 

Joel, un tipo introvertido y solitario conoce un día a Clementine, una chica excéntrica y extrovertida con la que comienza una relación. Durante un tiempo las cosas parecen ir bien y ambos pasan estupendos momentos juntos, pero sus diferencias, que en un primer momento eran un complemento para mantener viva la unión entre ambos, se van haciendo más palpables según pasa el tiempo, empeorando la relación. Un día Joel descubre que Clementine le ha borrado literalmente de su vida a través de una empresa que se dedica a realizar este tipo de operaciones. Ella ya no le recuerda y lo ve como un completo desconocido. Joel decide hacer lo mismo y siguiendo el mismo procedimiento, pero las cosas no son tan sencillas.

Genial el tratamiento de la imagen, con planos borrosos, cortes y escenas extrañas, como las rodadas a oscuras con un solo foco enfocando a los personajes. Saltos temporales, confusión entre realidad y ficción y una estructura alineal que le da frescura e interés. La fantástica historia y el extraño guión hace crear escenas de lo más confuso y a la vez ocurrente y original.

El reparto es excelente y los actores realizan interpretaciones en general muy apartadas de las que han realizado en sus anteriores trabajos. Mark Ruffalo, omnipresente en estos últimos años (no perdérselo en la muy áspera En Carne Viva o en la dramática Mi Vida sin Mí) hace de un científico apocado y despistado; Kate Winslet, muy lejos del Titanic que le hizo saltar a la fama y muy crecida como actriz desde entonces es la chica protagonista; Jim Carrey, más dramático que en sus películas cómicas más famosas y frecuentes; Elijah “Frodo” Wood, al que le constará deshacerse de uno de los personajes más famosos de la literatura fantástica no está muy acertado; Kirsten Dunst, excelente y con el misterioso atractivo que siempre provoca.

El personaje de Clementine es una mujer excéntrica y un tanto neurótica, difícil de interpretar, pero al que Winslet le da una fuerza increíble. Los cambios físicos a los que la actriz nos tiene acostumbrados en la vida real se ven reflejados en cierta medida en el personaje, aunque sólo en el color del pelo, que refleja los cambios en su personalidad.

Sin embargo el personaje de Carrey es un tanto soso (en su carácter, no en su interpretación), algo sorprendente porque lo normal es que este actor quede sobreactuado en sus interpretaciones. Esta no es la única muestra de películas de Carrey más dramáticas que cómicas. Recomiendo The Majestic, Man on the Moon o en menor medida El Show de Truman. Un dato curioso es que el actor principal pensado en un principio era Nicolas Cage, que ya interpretó un personaje del guionista Kauffman en Adaptation magníficos resultados.

A la par que el fenomenal reparto da la impresión de tener un gran futuro, Charlie Kauffman también es uno de los guionistas con más proyección en la actualidad. Sus dos anteriores trabajos, Cómo ser John Malkovich y Adaptation, son dos de las películas más originales de los últimos años en una industria americana que no destaca por esa cualidad.

El tercer vértice creativo de la película es el director, Michael Gondry, casi novato en el cine (Human Nature es su única película anterior a esta), pero muy trillado en la publicidad y los videos musicales.

En una de las escenas el personaje de Dunst cita a Alexander Pope. El título original de la película, “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” viene de un poema suyo, que ya apareció en Cómo ser John Malkovich.

La historia habla sobre el destino frente al libre albedrío, la causalidad ante la casualidad, la elección de los actos con la capacidad de equivocarse frente a lo que pasaría si tuvieramos una segunda oportunidad de vivir un mismo hecho: ¿Reaccionaríamos igual? ¿Nos seguiríamos equivocando una y otra vez? No sé si da respuesta a estas preguntas, pero ven varias reacciones ente los hechos. Es una película con moraleja, de las que dan qué pensar, a pesar de lo surrealista de la hitoria.

Todavía alucino pensando que concurrió a todos los premios que diferencian entre drama y comedia/musical en este segundo apartado. A Lost in Translation le pasó algo parecido, pero allí por lo menos había una amplia secuencia en un karaoke. Aquí me cuesta mucho más entender esa calificación.


J.F.K.


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