SINOPSIS:
Jan y Peter son dos jóvenes alemanes que comparten
un destartalado piso y una vieja furgoneta. En apariencia son dos
chicos normales, pero cual superhéroes modernos y atados
al mundo real, por la noche se transforman en “Los Edukadores”.
Entran a las más lujosas mansiones de la ciudad y aunque
no sustraen nada, se dedican a cambiar las cosas de sitios, apilar
muebles y dejar inquietantes notas del tipo: “Tenéis
demasiado dinero” o “Los días de abundancia
se han terminado” (título original de la película,
mucho más acertado). Su propósito es simplemente asustar
a los ricos y comenzar una revolución que acabe por repartir
de forma justa la riqueza del mundo.
Jule, la novia de Peter se
va a vivir con ellos, momento que coincide con un viaje de este
en Barcelona. Entonces Jule y Jan
empiezan a conocerse y este le cuenta su pequeño secreto:
que ellos son los edukadores. A partir de entonces las
cosas se complican: surge el amor entre ellos y en una correría
“edukativa” nocturna cometen una torpeza
y son cazados por un hombre que reconoce a la chica.
Entre los 3 deciden secuestrar al hombre, un rico sin escrúpulos
con el que pasan unos días en una cabaña en pleno
monte, alejados del mundanal ruido.
CRÍTICA:
La película tiene dos partes, la primera urbana y la segunda
desarrollada en un paraje natural y está rodada en formato
digital, cámara en mano y sin usar iluminación,
en en ninguno de los dos tipos de localización. Tiene un
aspecto similar al popular Dogma de Lars
Von Trier, con la cámara siguiendo los pasos de
los personajes, sus miradas, sus movimientos…
Es muy pretenciosa en su planteamiento y no cubre las expectativas
en su desarrollo. Parece más una venganza contra el mundo
por parte del director y una declaración idealista. Abundan
los diálogos en los que los protagonistas muestran sus
puntos de vista respecto al mundo actual, pero todo se queda ahí.
A pesar de esto ha ganado varios premios y ha tenido relativo
éxito incluso fuera de Alemania. El director es Hans
Weingartner y esta es su segunda película. La
anterior, “Das Weisse Rauschen”, ya tuvo
también bastante éxito.
El tema de la lucha contra los ricos, de las revoluciones frustradas
y de los jóvenes idealistas parece más propio de
las películas de hace unas cuantas décadas. Hoy
en día, como los propios protagonistas dicen, las cosas
parecen estar todas ya intentadas y fracasadas. Ellos ven que
persiguen un sueño imposible, pero creen en buscar la libertad,
en luchar por lo que les parece justo y pretenden convertirse
en el ejemplo a seguir, aunque tengan unos recursos muy limitados.
En este sentido se la comparado con Noviembre,
de Achero Mañas, aunque esta trataba sobre
el arte libre, con desastroso resultado también.
Toda la acción se basa en 4 personajes. Burghart
Klaussner interpreta al millonario (de dudoso pasado
hippy) secuestrado. Su interpretación parece demasiado
tranquila para ser un tipo al que han secuestrado, pero se supone
que es un hombre de negocios, que no tiembla ante nada. Julia
Jentsch y Stipe Ercerg son la parte
joven del reparto y no son conocidos, al menos fuera de su país.
Son dos jóvenes prometedores, ella con un aspecto dulce
al que puede sacar mucho partido y él todo lo contrario,
un rostro anguloso que quedaría perfecto para hacer de
malo. Ambos tendrán que demostrar mucho más de lo
que dan aquí para llegar a ser grandes actores. Completa
el cuarteto protagonista el más conocido de ellos, Daniel
Brühl, que se pasa media película con una
camiseta del ejército español, aunque es muy dudoso
que él o su madre, que es española, hayan hecho
la mili o pertenecido al ejército en algún momento.
El caso es que Daniel habla un español
casi perfecto y ya tiene en cartera varios proyecto en España,
por lo que será todavía más conocido, aunque
ya lo es sobre todo por el éxito de “Good
bye Lenin” y sus premios del cine europeo.
Bien el final, sobre todo la frase que cierra la película,
que para no aguar la fiesta no la reproduciré aquí.