LOS EDUKADORES (DIE FETTEN JAHRE SIND VORBEI)
  DIRECTOR: Hans Weingartner GUIÓN: Hans Weingartner y Katharina Held
 
INTÉRPRETES:
Daniel Brühl (Jan), Julia Jentsch (Jule), Stipe Ercerg (Peter), Burghart Klaussner (Hardenberg)
 
GÉNERO:
Drama idealista edukativo
Alemania 2004

PUNTUACIÓN: puntuacion puntuacion puntuacion no puntuacion no puntuacion
 

SINOPSIS:
Jan y Peter
son dos jóvenes alemanes que comparten un destartalado piso y una vieja furgoneta. En apariencia son dos chicos normales, pero cual superhéroes modernos y atados al mundo real, por la noche se transforman en “Los Edukadores”. Entran a las más lujosas mansiones de la ciudad y aunque no sustraen nada, se dedican a cambiar las cosas de sitios, apilar muebles y dejar inquietantes notas del tipo: “Tenéis demasiado dinero” o “Los días de abundancia se han terminado” (título original de la película, mucho más acertado). Su propósito es simplemente asustar a los ricos y comenzar una revolución que acabe por repartir de forma justa la riqueza del mundo.

Jule, la novia de Peter se va a vivir con ellos, momento que coincide con un viaje de este en Barcelona. Entonces Jule y Jan empiezan a conocerse y este le cuenta su pequeño secreto: que ellos son los edukadores. A partir de entonces las cosas se complican: surge el amor entre ellos y en una correría “edukativa” nocturna cometen una torpeza y son cazados por un hombre que reconoce a la chica.

Entre los 3 deciden secuestrar al hombre, un rico sin escrúpulos con el que pasan unos días en una cabaña en pleno monte, alejados del mundanal ruido.

CRÍTICA:
La película tiene dos partes, la primera urbana y la segunda desarrollada en un paraje natural y está rodada en formato digital, cámara en mano y sin usar iluminación, en en ninguno de los dos tipos de localización. Tiene un aspecto similar al popular Dogma de Lars Von Trier, con la cámara siguiendo los pasos de los personajes, sus miradas, sus movimientos…

Es muy pretenciosa en su planteamiento y no cubre las expectativas en su desarrollo. Parece más una venganza contra el mundo por parte del director y una declaración idealista. Abundan los diálogos en los que los protagonistas muestran sus puntos de vista respecto al mundo actual, pero todo se queda ahí. A pesar de esto ha ganado varios premios y ha tenido relativo éxito incluso fuera de Alemania. El director es Hans Weingartner y esta es su segunda película. La anterior, “Das Weisse Rauschen”, ya tuvo también bastante éxito.

El tema de la lucha contra los ricos, de las revoluciones frustradas y de los jóvenes idealistas parece más propio de las películas de hace unas cuantas décadas. Hoy en día, como los propios protagonistas dicen, las cosas parecen estar todas ya intentadas y fracasadas. Ellos ven que persiguen un sueño imposible, pero creen en buscar la libertad, en luchar por lo que les parece justo y pretenden convertirse en el ejemplo a seguir, aunque tengan unos recursos muy limitados. En este sentido se la comparado con Noviembre, de Achero Mañas, aunque esta trataba sobre el arte libre, con desastroso resultado también.

Toda la acción se basa en 4 personajes. Burghart Klaussner interpreta al millonario (de dudoso pasado hippy) secuestrado. Su interpretación parece demasiado tranquila para ser un tipo al que han secuestrado, pero se supone que es un hombre de negocios, que no tiembla ante nada. Julia Jentsch y Stipe Ercerg son la parte joven del reparto y no son conocidos, al menos fuera de su país. Son dos jóvenes prometedores, ella con un aspecto dulce al que puede sacar mucho partido y él todo lo contrario, un rostro anguloso que quedaría perfecto para hacer de malo. Ambos tendrán que demostrar mucho más de lo que dan aquí para llegar a ser grandes actores. Completa el cuarteto protagonista el más conocido de ellos, Daniel Brühl, que se pasa media película con una camiseta del ejército español, aunque es muy dudoso que él o su madre, que es española, hayan hecho la mili o pertenecido al ejército en algún momento. El caso es que Daniel habla un español casi perfecto y ya tiene en cartera varios proyecto en España, por lo que será todavía más conocido, aunque ya lo es sobre todo por el éxito de “Good bye Lenin” y sus premios del cine europeo.

Bien el final, sobre todo la frase que cierra la película, que para no aguar la fiesta no la reproduciré aquí.

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J.F.K.

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