EL PIANISTA (THE PIANIST) | ||
DIRECTOR: Roman Polanski | GUIÓN: Ronald Harwood | |
INTÉRPRETES: Adrien Brody (Wladyslaw Szpilman), Daniel Caltagirone (Majorek), Thomas Kretschmann (Capitán Wilm), Frank Finlay (Padre), Maureen Lipman (Madre) |
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GÉNERO: Drama bélico histórico |
2002 | |
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PUNTUACIÓN: |
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Historia
real de la vida de Wladyslaw Szpilman, un pianista judío
que sobrevivió al exterminio nazi en el gueto de Varsovia.
La película se basa en el libro que él mismo escribió
narrando estas experiencias, El pianista del gueto de Varsovia.
El director, Roman Polanski también sufrió
el bombardeo de Varsovia, por lo que esta película la
tomó como una de las más personales de su carrera, ya que
además su madre y su hermana fueron encerradas en el campo de concentración
de Auschwitz (donde la madre falleció), y su padre en
Matthausen.
Adrien Brody interpreta al pianista que da título a la película de una forma tan convincente que los premios le han llovido por este trabajo, culminando con un Oscar que le entregó Halle Berry, sin que él se pudiera resistir a darle un beso de tornillo al subir a recoger la estatuilla. El actor aparece en parte de las escenas muy desmejorado y verdaderamente el actor lo estaba, hay menos maquillaje del que parece. Hizo un gran esfuerzo para perder kilos y que su apariencia fuera más creíble y al mismo tiempo terrible. La misma impresión da el gueto de Varsovia, recreado de forma excelente en esta ocasión. En los últimos años películas como La lista de Schindler (que optó Polanski a dirigir) o La vida es bella han triunfado a nivel internacional hablando del tema del exterminio judío a manos de los nazis y la segunda guerra mundial. Aquí se suma otra que cuenta las penurias que pasó el pueblo judío por aquellos tiempos, algo que nadie quiere que sea olvidado, porque esa es la forma más segura de que no vuelva a repetirse. Como no podía ser menos la banda sonora es excelente, con música de piano que acompaña las escenas al igual que acompaña al protagonista privado de la música pero con ella siempre presente en sus pensamientos y en sus dedos, que se mueven en los momentos de reposo sobre un imaginario teclado casi como si tuvieran vida propia o se alimentaran de los recuerdos de otros tiempos pasados y por supuesto mejores. Dura casi dos horas y media, lo que puede hacer que en algún momento se haga pesada, pero merece la pena. Es una coproducción entre Holanda, Francia, Polonia,
Alemania y el Reino Unido. |
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J.F.K. |
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