EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN (THE BIRTH OF A NATION)
  DIRECCIÓN Y GUIÓN: David W. Griffith Blanco y Negro / Cine Mudo
 
INTÉRPRETES:
Lillian Gish, Mae Marsh, Henry B. Walthall, Miriam Cooper, Robert Harron, Wallace Reid, Joseph Henabery
 
GÉNERO:
Drama histórico

1915



PUNTUACIÓN:
6
   


Esta película ha pasado a la historia por varios motivos. En primer lugar por derecho propio, ya que su concepción y estructura narrativa supuso un antes y un después en el emergente, por aquellos tiempos, mundo del cine. Su creador, porque además de director se encargó de la música, producción, montaje y rótulos, David W. Griffith ha sido posiblemente el hombre más importante para el desarrollo del cine hasta donde hoy lo conocemos.

Hay que darse cuenta de lo que estoy diciendo, porque hablamos de 1915 y cine mudo, pero es cierto. Griffith puso el punto de inflexión que provocó la separación entre el mero entretenimiento que suponían estas imágenes en movimiento y el cine como arte. Entre sus aportaciones están cosas tan comunes como la acción paralela, el primer plano o el fundido, que hoy en día son imprescindibles.

La filmografía de Griffith es apabullante: hizo cerca de 500 cortos, más de 200 guiones, 39 películas como director y 35 como actor, además de 50 como productor. Fue el fundador de la productora United Artist junto a los tres personajes del cine más ilustres por entonces: Mary Pickford, Douglas Fairbanks y Charles Chaplin.

Otro de los motivos a los que al principio aludía por los que esta película pasó a la historia es porque se la tachó de racista y hacer apología del Ku-Klux-Klan. Yo no creo que sea así, pero sí que aparece el KKK. En realidad se basa en dos novelas de Thomas Dixon racistas y mediocres: The Clansman: an historical romance of the ku klux klan y The leopard’s spots. Este escritor sí que debía ser bastante racista, así como su obra, pero viendo la película no se cuenta más que una historia en la que además el ku klux klan no sale especialmente elogiado. Parece que lo que se cuenta es como surgió este clan. De todas formas hubo polémica y disturbios, lo que le dio más fama y más dinero a Griffith, que consiguió una importante independencia económica gracias a ella. Sus recaudaciones serían buenas hasta para producciones modestas de hoy en día.

En Estados Unidos fue estrenada como The Clansman en California y más tarde con el título que se quedaría: The birth of a nation, en Nueva York. Entre la gente que trabajó en ella están varios guionistas, como Frank Woods y varios ayudantes de dirección que acabarían convirtiéndose en importantes directores, como Raoul Wash, que también hace un papel. La actriz principal es Gillian Gish, que trabajó en muchas de las películas de Griffith, como Intolerancia y se convirtió en una actriz relevante (memorable en Duelo al Sol).

La historia que se cuenta es como bien expresa el título una recopilación de hechos que fueron los fundamentales para que acabaran creándose los actuales Estados Unidos. Se entremezclan con la historia de una familia sureña importantes acontecimientos históricos. Hay batallas de la guerra de secesión (increíbles escenas para esa época en cuanto a medios, gente y ambientación), vemos el asesinato de Lincoln (al grito de ¡Sic Semper Tyrannis!), como era la guerra no sólo en el frente, sino entre los que quedaban en las casas. También recrea importantes cuadros o actos tal y como se relatan en otras obras escritas. No es un plagio, ya que los rótulos se encargan de decirnos a que reproducción corresponden las escenas.

Se remarca de forma interesante la diferencia en la época entre los habitantes del norte y del sur y donde sí se ve algo de racismo en la película es en los personajes negros interpretados por blancos con la cara pintada. Eso siguió sucediendo durante muchos años e incluso aquí en nuestro país sigue sucediendo por ejemplo en las cabalgatas del día de Reyes, con Baltasar, algo bochornoso, vergonzoso, ridículo y de mal gusto.

Es una película que hay que ver ya que es una especie de eslabón perdido en la evolución del cine.

 

J.F.K.
 


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