EL MÉTODO
  DIRECTOR: Marcelo Piñeyro GUIÓN: Marcelo Piñeyro y Mateo Gil
 
INTÉRPRETES:
Carmelo Gómez, Adriana Ozores, Ernesto Alterio, Eduard Fernández, Eduardo Noriega, Nawja Nimri, Pablo Echarri, Natalia Berbeke
 
GÉNERO:
Drama laboral
España Argentina Italia 2005

PUNTUACIÓN: puntuacion puntuacionpuntuacion puntuacion no puntuacion
 

Con un reparto como este y una trama que se centra principalmente en los personajes y la situación, es imposible no obtener un resultado al menos atractivo. ¿Cubrirá las expectativas? Yo creo que sí, aunque a los que no les gusten las películas con mucho diálogo pero que sí tengan muchos efectos especiales, ni se acerquen.

El método está basada en una obra de teatro titulada “El método Grönholm” y quizás sea precisamente esa una de las cosas más criticables, que parezca más una obra de teatro, ambientada entre cuatro paredes, que una película en sí. Circunstancia esta curiosa, porque los que hayan visto la obra de teatro notarán que las diferencias entre las dos versiones son significativas. Tanto que el propio autor de la obra original, Jordi Galcerán Ferrer, ha afirmado no reconocerla.

La adaptación ha corrido a cargo de Mateo Gil, más conocido todavía como el amigo de Alejandro Amenábar que por sus propias obras, junto al argentino Marcelo Piñeyro, que también ha dirigido y que sí es conocido por sus trabajos anteriores, que han ganado multitud de premios a nivel internacional, incluidos dos Goya.

La historia nos habla de un grupo de aspirantes a un puesto de trabajo que se ven sometidos a un método de selección de personal extravagante y duro. Ellos son actores muy conocidos y de solvencia asegurada: Carmelo Gómez, Adriana Ozores, Ernesto Alterio, Eduard Fernández, Eduardo Noriega, Nawja Nimri y el argentino quizás menos conocido Pablo Echarri. Todos ellos se someterán a las pruebas supervisados por una coqueta y entrometida secretaria interpretada magistralmente por Natalia Berbeke.

Como comentaba, el reparto es de relumbrón. Ninguno de ellos pasó por un casting para conseguir el papel. Estaban escritos más o menos para ellos y aceptaron intervenir en la película de buen gusto. Esto hace que sus papeles se adecuen a sus características y Eduardo Noriega sea el pijo de siempre, la Nimri un tanto rara, Adriana Ozores más ama de casa que ejecutiva, Eduard Fernández un tanto cabroncete, Carmelo Gómez un tipo íntegro, Ernesto Alterio bastante lelo, Pablo Echarri un inmigrante obligado por las circunstancias y la Verbeke superficial en las formas pero manipuladora en el fondo. Lo bueno de todo esto es que cada cual sabe perfectamente como interpretar su papel, lo malo es que están muy estereotipados y se quedan un poco faltos de matices, dependiendo de quien se trate. Los mejores Pablo Echarri, una agradable sorpresa y Eduard Fernández, sabiendo transmitir, como siempre.

No hay más personajes, ni tramas secundarias, excepto que los personajes de Noriega y Nimri se conocen con anterioridad y eso se explota un poco, ni más escenario que la oficina donde se hace la entrevista, incluidas algunas escenas en los baños, que rompen el ritmo y son de lo peor de la película. Algo simple, pero efectivo.

Original el comienzo, con la pantalla dividida en varios trozos.


J.F.K.

 


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