CELEBRITY (Woody Allen, 1998)


No comprueben si su televisor está estropeado si ven esta película en su casa. Está rodada en blanco y negro. ¿Por qué? Pues no lo sé, pero los grandes artistas son así. Puede ser para quitarle algo de ese glamour y colorido que tiene todo el cine americano y sus celebridades.

Precisamente es de eso de lo que habla la historia, de lo que por aquí conocemos como famoseo y que en Estados Unidos tiene una relevancia mayor y una extensión de nivel mundial. Hay gente que hace todo lo posible por conseguir la fama, en cualquier ámbito: el cine, la literatura, el periodismo, la televisión, etc. En Celebrity se nos muestran todos esos aspectos de la fama y vemos actores, actrices, telepredicadores, periodistas, productores, artistas y toda una gama de personajillos que persiguen hacer realidad esa frase que dijo un icono de la modernidad como Andy Wharhol: “Todo el mundo gozará en algún momento de sus 15 minutos de fama”. Este es el leitmotiv de la película.

Es una de esas películas de Woody Allen pero sin Woody Allen. Él dirige y ha escrito el guión, pero no aparece como actor. Aún así se ve su estilo en muchos aspectos: está ambientada en Nueva York, como gran parte de su filmografía y rezuma en sus diálogos ese toque Allen tan característico. El que hace de él en este caso es Kenneh Brannagh, que intenta simular sus reacciones, que no su aspecto físico. Consigue en varias escenas parecerse a él, con el tartamudeo típico y su verborrea insaciable. Otros actores ya han hecho de Woody Allen en películas de Woody Allen, como Sean Penn en Acordes y desacuerdos o John Cusack en Balas sobre Broadway.

La escena que abre la película es la de un avión sobrevolando Manhattan, algo que se ha convertido en ciencia-ficción pocos años después, ya que es difícil ver algo así ahora. Casi todo se rodó en Manhattan, en un ático del East Side con vistas al puente de la Avenida 59, en el hotel Stanhope, el teatro Ziegfeld, la galería Serge Sorokko en el SOHO, el Club Flamingo, el ilustre restaurante Jean-George o el precioso jardín del restaurante Barbetta, en la calle 46.

Hay unas escenas con Di Caprio que se rodaron en Atlantic City. Como curiosidad hay que decir que se hizo en el hotel y casino Trump Marina de esta ciudad, propiedad de Donald Trump, que los cedió a condición de aparecer en la película, como así es. En la parte rodada en el casino hubo un problema entre los poderosos sindicatos de actores y las leyes del juego de New Jersey, que sólo permiten que en las mesas del casino estén crupieres con licencia. Hubo que llegar a un acuerdo entre ambas partes para conseguir rodarlo.

El protagonista, Kenneh Brannagh va pasando durante la historia por varios estamentos del famoseo neoyorkino, así en su flirteo con la moda podemos ver a una estupenda física e interpretativamente Charlize Theron, una mujer sin defectos cuya única debilidad es ser polimórficamente perversa (hay que ver la peli para descubrir lo que eso significa). Los entendidos la gozarán viendo diseños de Giorgio Armani y Versace entre otros e incluso a algún modelo famoso por ahí si se está atento.

También pasa por el mundo literario (es un crítico con pretensiones literarias), el cine, el teatro, pero en todos ellos tiene presente la celebridad que trata la película y los temas recurrentes de la filmografía de Allen, como son el sexo, la psicología, el matrimonio y demás neuras.

Hay partes muy graciosas como cuando una mujer le pide a Charlize Theron un autógrafo y le dice: “Uso sus videos de gimnasia”. “Yo también”, dice el marido, a lo que ella responde: “Sí, pero yo para hacer gimnasia”. En su labor de ligoteo el personaje también usa frases grandiosas, como: “Escribí sobre ti antes de saber que existías”. Y es que Allen ya ha demostrado que a los hombres se les enamora a través de la vista y a las mujeres a través del oído.

Es curioso observar la forma que ha tenido de rodar, con largos planos secuencia en los que la cámara se recrea en los personajes, con constantes movimientos mientras estos continúan con la acción. Yo destacaría la genial toma de la conversación en el bar cuando aparece Hank Azaria. Está genialmente rodada.

Vemos evolucionar al personaje saltando de un lado a otro, ejerciendo del típico antihéroe de las películas de Allen, al que todo le sale mal. Mientras su mujer (exmujer) que sin pretensiones va siguiendo una carrera en paralelo a él, consiguiendo cosas en lo profesional y en lo sentimental sin buscarlas. Toda la historia se cierra de una manera muy redonda.

Algunos datos del reparto pueden sorprender. Decir que es una película coral es algo que por tan oído no llega a decir nada. Mejor que hablen los datos por sí solos. Tiene un total de 242 personajes con diálogo y se contrataron más de 5.000 extras en la producción. Entre los actores conocidos que aparecen están Kenneh Brannagh, Leonardo di Caprio, Charlize Thheron, Winona Ryder, Gretcheh Mol, Judy Davis, Melany Griffith, Fanke Janssen, Joe Mantenga, Hank Azaria o Michael Lerner, por citar algunos. La mayoría lo hacen sólo en partes de la película y de forma no muy extensa.

Tanto personaje le da un buen ritmo a la película, que no decae en ningún momento. Si te dejas llevar puede servir para pasar un buen rato. Espero que a nadie le dé por seguir el ejemplo de alguno de esos personajes de esclavizar su vida en busca de la fama, pues entonces no se habrá entendido el mensaje antifamoseo que Allen ha querido dar con este trabajo.


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