Los efectos especiales son un arma de doble filo.
Algunas películas abarrotan los cines porque los fx son
espectaculares y algo desconocido hasta la fecha, como sucedió
con Matrix y
otras veces tratan de arreglar lo que no tiene remedio. Y cuando
una película es floja de poco sirven los fx.
En esta película se nos presenta la figura de Catwoman
la mujer gato, interpretada por la siempre sensual Halle
Berry que tras ir al más allá, vuelve al
reino de los vivos, gracias al aliento de los gatos para convertirse
en uno de ellos. Halle Berry es un reclamo, y
más si va enfundada en un traje de cuero negro que haría
las delicias de cualquier sadomasoquista y del resto del personal.
Si la réplica se la da otra mujer que exuda erotismo cómo
es Sharon Stone la cosa promete.
Pero todo se queda en agua de borrajas, en meras especulaciones,
por que el cara a cara entre las dos mozas es un visto y no visto.
Que hubiera sido de esta cinta, si Berry hubiese
sido una gata en celo con instintos lésbicos y se lo hubiese
hecho con la Stone. Entonces hablaríamos de otra película
seguro que mucho más interesante, por que la que nos ocupa,
que siendo como es una película de acción, es mediocre.
Apenas hay diálogos y la historia resulta aburrida. La
relación entre la gata y el policia es previsible, como
el resto de la cinta.
Resulta otra adaptación de un comic a la pantalla que
resulta un churro, y ya van unas cuentos; Batman, Electra...
pero siempre hay excepciones como Hellboy.