Festival Actual 1998
Escenario de Culturas Contemporáneas


MARATÓN DE CINE

La cuarta película que se proyectaba este año era sorpresa hasta el último momento. Cual sería la sorpresa de todos cuando se supo que sería una copia de Pink Flamingos, algo no demasiado fácil, ya que no hay demasiadas copias de esta obra que se ha remasterizado o algo así.

Empezar con una comedia y además española es una buena elección. La segunda fue un poco lenta y floja y las otras dos para olvidar. La de Pink Floyd fue aburrida e interminable y la última de John Waters una guarrada sin precedentes.


ATÓMICA
(Alfonso Albacete y David Menkes, 1998)

El título original que se había pensado para la película era "No me hables de los hombres que me pongo atómica". Eso da una idea un poco más clara de lo que es, una comedia alocada sobre mujeres cuyas relaciones con los hombres no son tal y como quisieran.

Entre las actrices están las todoterreno Cayetana Guillén Cuervo, Bibi Andersen y Natalie Seseña, que son la parte interpretativa (es un decir) más importante de la película.

Dirige el tándem Menkes y Albacete, una pareja de directores que parecen compenetrarse bien ya que esta no es su primera película. El guión lo firman ellos mismos.

El resultado de este cóctel es una comedia de enredo entretenida aunque sin sustancia, que pone a los personajes en situaciones divertidas pero que no aporta nada nuevo. Bien para pasar un rato divertido.


I WENT DOWN (EL CRIMEN DESORGANIZADO)
(Paddy Brethnach, 1997)

Trata sobre unos típicos matones que se ven envueltos en una historia que no les gusta demasiado, porque ya se sabe, se puede ser delincuente pero decente. Sus escrúpulos les harán pasar un mal rato.

La película está bien hecha pero es bastante lenta y los actores no son ninguna maravilla por lo que la película como un trabajo algo mediocre.

Se la podría definir como una comedia ligera, pero el director es irlandés, así que el humor es el que solemos conocer como inglés y si además es una comedia ligera, pues resulta una película con pretensiones de hacer reír pero que aquí podemos considerar casi como dramática.

Por cierto, esta es la segunda obra del director, Paddy Brethnach, cuya primera película fue premiada en el festival de San Sebastián y le proporcionó el dinero para hacer esta (no muy abundante, dicho sea de paso).


PINK FLOYD. THE WALL
(1982)


Mis respetos para los amantes de Pink Floyd, que disfrutarán seguro con esta película, pero a mí me pareció algo infumable, aburrido y con un actor muy desagradable (supongo que será un buen actor y eso será lo que quería hacer) sin cejas. Es una especie de montaje musico-teatral en forma de ¿película?

Es una especie de historia de un militar que se complementa con varias escenas dibujos animados con muchas simbologías (muchas de cuales no conseguí descifrar) y elementos simétricos y repetitivos.

Algunas de las escenas de dibujos animados estaban muy bien hechas y otras me recordaron la película "Fantasía" de Disney.

No le presté mucha atención porque sólo esperaba a que se acabara ya que se me hizo larguísima, pero creo que el contenido era claramente antibelicista, lo que es de elogiar.

No me dejo nada en claro ni nada en lo que pensar, así que no puedo recomendarla más que a los que les guste el grupo. Hay que decir que es una obra de culto y muy valorada, así que sus cosas buenas tendrá. Sólo hay que verlo y opinar.


PINK FLAMINGOS
(John Waters, 1972)

John Waters es un tipo que nunca se ha casado con nadie. No lo digo porque sea homosexual, me refiero a que él mismo se ha puesto las normas y sus producciones siempre han sido sino inclasificables, sí diferentes a todo lo demás. Vamos, que siempre ha hecho lo que ha querido.

Y si hay una película suya que se haya convertido en film de culto, es sin duda esta, Pink Flamingos.

La historia en sí es sencilla. Divine, una mujer que vive en Baltimore en una caravana con su estravagante hijo y su obesa madre, pretende ser la persona más inmunda del planeta, pero hay un matrimonio a los que también les apetece conseguir este título. La pareja en cuestión se dedica a secuestrar mujeres jóvenes junto a su chófer que luego deja embarazadas y venden los bebés a parejas de lesbianas.

Con ese planteamiento vamos viendo escenas de lo más desagradables que incluyen violaciones, exhibicionismo, zoofilia, incesto y las cosas más horribles que se puedan imaginar, mostradas explicitamente y sin tapujos, para acabar con una escena mítica de Divine comiendo los excrementos recién depuestos por un perro. Se cuenta que esa escena fue real y que a Divine la tuvieron que llevar al hospital a hacerse un lavado de estómago después de eso. Hay muchas otras escenas desagradables en la película que me niego a comentar por lo soez y vano de todas ellas.

Parece increíble que algo como esto llegue a los cines. Me resulta de lo más desagradable y ofensivo que se puede ver en cine y no tiene ningún mensaje más que el de provocar, que es a lo que se ha dedicado siempre este director, aunque en los últimos tiempos ha suavizado mucho sus películas y se ha vendido más al cine comercial que siempre había criticado.

Esta película también lanzó a la fama a Divine, un travesti gordo y desagradable que ha intervenido en varias películas de Waters, antiguo compañero de colegio y en no muchas más. Su verdadero nombre era Harris Glenn Milstead y falleció en 1989.


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